Mª Asun Velar es una mujer castreña, nacida en el seno de una familia de tradición marinera de Castro Urdiales. Su carácter emprendedor la llevó a trasladarse a Madrid en 1972, en donde abrió su primera pescadería. Seguía así la tradición familiar ligada a la mar.
En 1990 ese carácter emprendedor lleva a Mª Asun Velar a fundar la conservera que lleva su nombre. Los comienzos fueron delicados, poco a poco, con firmeza y con la seguridad de saber lo que estábamos haciendo, con objetivo a medio y largo plazo claro, que se ha materializado en estos 30 años de trabajo. Ahora, las riendas de la empresa están en manos de su hija Patricia Tobías. Una saga de mujeres de la mar, que trabajan día a día para colocar a sus productos entre los mejores del Cantábrico.
El proceso de elaboración de la anchoa en Cantabria es tradicional, artesanal, por lo que en este proceso no hay evolución, se mantiene la tradición. Su innovación se ve reflejada en las gamas de productos que elaboran o en la utilización de distintos líquidos de cobertura para la anchoa: aceite de girasol, AOVE ECO, virgen extra…
Su producto es valorado y encuentra su lugar en el mercado, un mercado de calidad que puede hacer frente al precio de este producto artesanal. Es un producto de calidad que tiene un precio determinado. Su principal reto es seguir creciendo, ampliar el mercado nacional de clientes y exportar.
Además de anchoas, elaboran bonito del Norte, gildas, boquerones y puding. Todos con la mejor materia prima del mar Cantábrico propia de cada costera.
Detrás de una buena anchoa hay la mejor materia prima del Mar Cantábrico, el trabajo artesanal de las mujeres de su fábrica, un buen proceso de maduración, sobado y buenas manos para realización del fileteado. Un trabajo ingente.
Premiada en los Great Taste Awards, en los Singaporte Taste Awards y en los Superior Taste Awards, los premios suponen reconocer un trabajo bien hecho, un producto de calidad, que refuerza el valor de las conserveras de Cantabria.
Desde Mª Asun Velar se reivindica una IGP para la anchoa, es la única manera de que se valore el trabajo de todas las conserveras de Cantabria que, realizando aquí todo el proceso de transformación de la anchoa, verían reconocido el trabajo artesanal y el de las mujeres que trabajan en esta industria en esta tierra.