Mi abuelo el Dr Julio Zapatero Gonzalez, obtuvo su plaza de médico rural en Castro Urdiales en el año 1905 y mi padre el Dr Antonio Zapatero Dominguez, nació en Castro el año 1910.
Mi padre estudió en el colegio de los padres Paules de Limpias y después terminó su carrera de medicina en la Universidad de Madrid en el año 1933.
Pues bien, otra epidemia, en la ciudad de Castro, en 1947, en los duros años de la postguerra, que se conoció como “colerin” probablemente cualquier tipo de disentería infecciosa en la cual se contagió mi abuelo y le costó la vida. Como homenaje a mi abuelo, los marineros castreños estuvieron 3 días sin salir a pescar.
En Castro se conocieron mis padres y ahí siguió la historia de mi familia. Somos 6 hermanos, los 3 mayores médicos.
Pero Castro y Cantabria siguieron estando muy presentes, tanto por aquellos veranos fantásticos de 3 meses de vacaciones, como por la presencia de castreños y cántabros en el Sanatorio antituberculoso, que tanto mi padre como mi tío el profesor Jose Zapatero, tuvieron en la sierra de Madrid, en Tablada, en aquella época en la que la tuberculosis era una enfermedad tremendamente frecuente, para la que además no había tratamiento. Por allí pasaron muchos pacientes de esta tierra, entre otros el famoso director de orquesta castreño, Ataulfo Argenta, que era muy amigo de mis padres y de mi tío.
Me parece por tanto un gran honor personal haber sido reconocido con este premio IMPULSA, que pretenden fundamentalmente trabajar para poder en valor la marca Castro-Urdiales y a nuestro municipio.
Durante todo este tiempo de la pandemia, he atendido a muchos medios de comunicación cántabros y también nacionales y siempre que he podido he manifestado mi orgullo por mi origen castreño y les aseguro que siempre que pueda seguiré apoyando cualquier iniciativa que ponga en valor nuestra muy querida villa de Castro-Urdiales.